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A Favor del «Efecto Decathlon»

En los últimos años se ha venido hablando de un problema surgido a raíz especialmente de varios incidentes en actividades de montaña al que se ha bautizado como «Efecto Decathlon».

Se acusa a la falsa sensación de preparación y equipación de personas que con una supuesta o real falta de experiencia, se lanzan a realizar actividades en la montaña para las que podrían no estar preparadas.

Concretamente, se culpa al fácil acceso que hay hoy al equipamiento de montaña y que provoca que muchas personas se crean capaces de hacer frente a situaciones que ponen en riesgo su seguridad.

A Favor del Efecto Decathlon
Autor: Luis Polo

Hay varios factores que influyen en esta situación y a mi parecer, el mencionado arriba, es el menor de ellos.

Hasta la aparición de superficies como Decathlon y las que le han seguido, las actividades de montaña estaban en manos de unos pocos privilegiados que se podían pagar caros equipos, desde el calzado hasta la ropa, pasando por diversos accesorios.

Por ese mismo motivo, la publicidad era mucho más reducida, lo que provocaba también que fuese una actividad poco popular.

Con la aparición de este tipo de tiendas, se producen dos efectos paralelos pero directamente relacionados: la democratización y la popularización.

Los precios asequibles hacen que cualquier bolsillo pueda acceder a ellos y ese mismo motivo hace que las grandes campañas publicitarias sean rentables, promoviendo a su vez que la gente practique este tipo de actividades.

Pero todo esto choca de frente con algunos aspectos de la condición humana: los privilegiados no quieren compartir sus privilegios con el común de los mortales, y los temerarios seguirán siendo temerarios hasta que escarmienten… y aún así…

Vamos camino del centenario desde que Henry Ford democratizara el automóvil y aún nos seguimos matando por miles en las carreteras, por mucho que nos preparemos para ello.

De la misma manera, el acceso de mucha más gente a las actividades de montaña, provoca necesariamente que se produzcan muchos más accidentes, igual que si mañana hubiese el doble de expertos alpinistas de los que hay hoy, habría el doble de accidentes de expertos alpinistas.

La temeridad no se cura con formación y además, un accidente lo tiene cualquiera, aunque no seas temerario.

Todo esto no quita que aquí, como ya hemos recalcado en diversas secciones de esta web, recomendemos, como mínimo, el aprendizaje de unas nociones básicas antes de adentrarse en la montaña y no meterse intencionadamente en berenjenales de los que no se sabe cómo salir.

Pero nos alegramos mucho de que las actividades de montaña se popularicen y se democraticen, y promuevan una vida sana y activa.

Como recomendaciones a la falta de experiencia no está de más que tengas en cuenta algunos consejos:

 – Insistimos: aprende unas nociones básicas antes de adentrarte en la montaña.

 – No seas temerario, aunque si lo eres de poco servirá que te lo digamos.

 – Si vas en grupo y no hay nadie con experiencia real, ante una situación imprevista, no confundas el liderazgo con el afán de protagonismo. Un buen líder nunca se autoproclama como tal. Un protagonista puede optar tanto por la temeridad como por un injustificado exceso de precaución, con tal de dirigir. Aunque ante la duda siempre es preferible optar por la precaución.

 – No dejes tu basura en la montaña; lo que subes también lo puedes bajar. Lleva siempre una bolsa vacía para ello.

 – No alteres el entorno si no es absolutamente necesario.

 – Habla en voz baja para alterar lo menos posible a la fauna; aunque no la veas, está a tu alrededor.

 – En muchas zonas es muy probable que tengas que cruzar terrenos que aunque no estén cerrados ni tengan casa, pueden ser de propiedad privada, Hazlo con respeto; te beneficiará a ti y a los que iremos mañana.

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