A principios de los años 80, antes de mi adolescencia, cuando para llamar por teléfono tenías que girar una rueda y debías de identificar la voz de qué persona de la casa era la que te contestaba, los descubrimientos musicales dependían de la radio, los programas de la tele y los amigos.
Para los raritos como yo, los que queríamos conocer más allá de los superventas (en aquella época esa era una rareza bastante común), la tele no ofrecía nada musicalmente interesante mas allá de los que más vendían, salvo alguna excepción durante unos pocos años, los viernes por la noche en la segunda (hoy La2), en la que daban conciertos de personas o grupos poco conocidos.
Ir a casa de un amigo podía ser un gran acontecimiento de descubrimiento musical. Casetes o vinilos atemporales de sus padres, tíos… Grabaciones antiguas que se escucharán durante décadas y más, de nombres en aquél momento completamente desconocidos y exóticos, de épocas en las que todo era exploración e innovación creativa, con carátulas que eran «pa verlas».
Y la radio. En los 80 había programas musicales de radio para todos los gustos y colores. Si hay algo que me haya despertado la pasión musical que me acompaña durante toda mi vida, han sido un programa de radio y una película.
La película, ya un poco posterior, es Crossroads, de 1986, y dirigida por Walter Hill. Una película que no ha llevado bien el paso de los años pero que musicalmente es una joya. Los protagonistas rememoran la vida del «bluesman» Robert Johnson.
Pero lo que más marcó mi interés por la música a principios de los 80, mucho antes que la película, fue el programa de RNE «Flor de Pasión»; un programa centrado en la música de los años 50 y 60, los años del nacimiento del rock, y que permaneció en antena nada menos que cuarenta años.
En aquélla época, aunque a Elvis Presley lo considerábamos el auténtico padre del rock’n’roll, solíamos decir que en realidad el primero en sacar un disco de rock había sido Bill Haley.
Más adelante, con los años, se empezaron a reivindicar cada vez más y más nombres como padres del rock. Unas veces por marketing para una reedición musical, una película o un documental, otras veces por puro «clickbait». Little Richard, Chuck Berry, Sister Rosetta Tharpe y tantos otros. Y menciono a Sister Rosetta Tharpe intencionadamente como muestra de que ya nos adentramos en años cada vez más atrás y hacia la música negra y el folk norteamericano. Pero tampoco por ahí llegaremos a conseguir el nombre de un protagonista.
Ya antes de los 50, la década en la que ya se graban discos bajo el nombre de rock’n’roll, estaban por un lado los músicos blancos de folk/western, que se acabarán englobando como música country y bluegrass, y los músicos negros de jazz y sus derivados (swing, ragtime…), también del gospel y sobre todo de blues.
Todos estos músicos negros estaban generando creaciones musicales geniales e innovadoras mediante la influencia y el intercambio de unos estilos con otros. Por su lado, los músicos blancos lo tenían mucho más fácil para ganarse la vida con la música pero sus estilos estaban mucho más limitados al folk/western y esto no favorecía tanta innovación como la diversa música negra.
Y de repente a alguien se le ocurrió meter electricidad dentro de una guitarra.
Pongamos a quien pongamos como ejemplo de precursor del rock, siempre podremos encontrar alguna grabación anterior que podrá arrebatarle el título. El rock es algo que se venía generando desde hacía décadas; una bola que se fue agrandando poco a poco mediante la fusión de estilos, pero sobre todo, hay algo que le terminó de dar el toque mágico que le faltaba para explotar.
Por poner un buen ejemplo, volviendo a Robert Johnson, del que hablábamos al principio, si escuchamos su canción «They’re Red Hot», suena claramente a precursora del rock. Probablemente su estilo ragtime pero tocado por un maestro del blues, con la influencia de un estilo en el otro, evoca a las canciones del rock más primigenio. Si no sonara tanto a «frito» y estuviera tocada con guitarra eléctrica, no la distinguiríamos de cualquier otra de las primeras del rock’n’roll de los años 50. Pero esta canción fue grabada en 1927. Como esta podemos encontrar muchas más en los años 20, 30 o 40. Cuanto más cerca en el tiempo, más suenan a rock.
No fue una persona; fue todo un movimiento que se fue generando poco a poco hasta los años 50. Ninguno de ellos fue padre o madre del rock y al mismo tiempo todos lo fueron. Si de verdad hay un punto de inflexión; algo que de verdad cambió todo, fue la aparición de la guitarra eléctrica.
La popularización de la radio ayudó mucho en las primeras décadas del siglo a la difusión y conocimiento de diferentes estilos musicales.
Jóvenes músicos blancos con la mente más abierta que sus padres y con dinero para comprarse una guitarra eléctrica, comienzan a fusionar su música con la música negra y se empieza a popularizar, especialmente entre la juventud, una vez que se comienza a electrificar.
Al mismo tiempo, los músicos negros que pueden, comienzan a tocar sus mismas canciones de siempre pero con guitarra eléctrica y también suena a rock.
Por otro lado, el sonido que genera la guitarra eléctrica abre muchas más fronteras e incita a nuevas creaciones y fusiones.
En los 60 se empieza a «jugar» con el «overdrive» de la guitarra. Del «overdrive» surge la distorsión y el «Hard Rock», precursor a su vez del «Heavy». Las canciones de siempre comienzan a tocarse con «overdrive» pero este nuevo sonido vuelve a abrir más fronteras para creaciones de un nuevo estilo basado en ese sonido y la misma historia se repite.
Si escuchamos música de los primeros años 50, la década que se conoce como la del nacimiento del rock, escucharemos como fue evolucionando. Desde algo primigenio a composiciones mucho más evolucionadas ya completamente englobadas en este género. Pero si escuchamos música anterior a esa década, incluso de veinte o treinta años antes, veremos que musicalmente no fue algo que haya surgido de repente y que se venía «cocinando» de mucho tiempo atrás.
Pero con la aparición de la guitarra eléctrica (y posteriormente la electrificación del resto de instrumentos) todo suena diferente.
Quizá podríamos generar una mayor discusión con la necesidad que tenemos de ponerle etiquetas a todo y la forma en cómo lo hacemos, que muchas veces tiende a simplificar demasiado cosas complejas y difusas.
Para entender todo este proceso, no podemos obviar el contexto en el que se produce. En la primera mitad del siglo XX la electricidad comienza a inundar el mundo de infinidad de maneras. La luz eléctrica, las lavadoras, las neveras, las radios y poco después la televisión… El plástico comienza a entrar en las casas abaratando cosas que antes eran caras, como el mobiliario, y además favoreciendo la creación de nuevos diseños y estilos. Las nuevas líneas de producción abaratan también los coches y cada vez más gente puede tener uno. Menos llamativo pero también muy importante social y económicamente fue la aparición de los tractores agrícolas. Todas estas cosas generan unos cambios enormes en la sociedad de la época a todos los niveles, en su mayor parte para mejor, y eso a su vez favorece la innovación creativa y cultural.
Realmente no hubo ningún músico que creara el rock o que hiciera más que otros para su creación. No es justo para todos los músicos anteriores decir que alguien fue el padre o el creador, pero creo que todos estarían de acuerdo en que la electrificación de la guitarra lo cambió todo.
