No es la primera vez que me muestro bastante pesimista en lo que al futuro de la sociedad respecta. Es un tema enormemente complejo de analizar y de diagnosticar pero con consecuencias cada vez más evidentes.
Hace aproximadamente un año, me propusieron desde Amazon añadir los productos de nuestra tienda en su plataforma. La ropa táctica es un mercado en auge y buscaban tiendas para ampliar su espectro de productos.
Lo dudé mucho porque no me gusta su sistema. Es un gigante que vive del trabajo de los pequeños mediante una balanza muy desigual. Sin embargo sé que hay que adaptarse a los tiempos y aunque no me guste, no puedo cambiar el mundo, mientras el mundo se entrega voluntariamente a Amazon y a China.
Como en aquél momento ya estaba en proyecto transformar TarmacTrail en Lobo Tactical preferí esperar y los emplacé para unos meses más adelante, cuando el cambio estuviera completamente consumado.
Al poco tiempo de ser ya Lobo Tactical descubrí la opción llamada Amazon Pay. Aún no teniendo productos en la tienda de Amazon, los clientes podían comprar en nuestra tienda a través de su cuenta de la gran plataforma, a cambio de una tasa muy parecida a la que cobra cualquier banco cuando se hace una transacción.
Me pareció justo y además, una facilidad más para los clientes de nuestra tienda.
Bueno pues muy poco tiempo después de pasar por todas las comprobaciones que hace Amazon para que puedas añadir ese botón, dar su visto bueno e implementarlo en la tienda, recibo un email de la plataforma en la que me informan que estoy incumpliendo sus «políticas de uso aceptable» por vender «arma fría» (sic). Esto se refiere a los cuchillos de montaña, y si quiero seguir usando el botón debo eliminarlos de la tienda.
Quizá mi frustración venga más por haber intentado encontrar una solución razonada al problema. Ya que en la plataforma de Amazon se pueden comprar normalmente cuchillos de montaña, contacté con ellos para exponerles esa justificación, esperando que quizá había sido la decisión de un estúpido «bot»; esos que están sustituyendo poco a poco a la razón humana en sitios como ese.
Además en las «políticas de uso aceptable» no se menciona eso. Es una interpretación arbitraria.
La respuesta que me dieron después de haberles detallado la situación, empezaba: «Como ya le hemos dicho, su cuenta ha sido…».
Como intentar razonar con una pared.
No sabía que el planteamiento que les dí para buscar una solución ni siquiera iba a ser tratado ni estudiado. ¿Para qué?. Esto es lo que hay; no importa que tengas razón o no porque no se va a tratar racionalmente.
Lo que no voy a permitir de ninguna de las maneras es que me dicten mis políticas. Se retira el botón y los cuchillos siguen estando ahí. Por respeto a mi mismo, a mis clientes y además, como apoyo a la excepcional industria española que se dedica a la cuchillería y da de comer a mucha gente.
En las tiendas de los perfiles empresariales de Facebook tampoco se nos permite la implementación de cuchillos de montaña. También los considera armas.
Paralelamente a todo esto, PayPal fue el primer método de pago que se implementó en esta tienda, desde que TarmacTrail vendió su primera camiseta; de eso hará unos siete u ocho años aproximadamente.
Uno de los métodos de pago más seguros que hay en lo que respecta a la protección del cliente y con los que siempre hemos trabajado bien.
Calculando a ojo, podría decir que un 40% o incluso más de las transacciones de nuestra tienda se hacen a través de PayPal.
Bueno pues después de tantos años, hace unos días he recibido un email de esta plataforma diciéndome que algunos de los productos que se venden en esta tienda incumplen sus «políticas de uso aceptable».
Pero esa no es la gran sorpresa. Lo que de verdad más sorprende es que esta vez, los artículos que incumplen esas políticas son los «guantes tácticos«.
En sus políticas de uso aceptable tampoco hay ninguna mención a esto; también es una decisión arbitraria.
Una justificación muy cierta que les aporto, es que la principal clientela de estos guantes son policías y funcionarios de prisiones, que se juegan su integridad física por nuestra seguridad y muchas veces no se les equipa con el material adecuado. Y así se les complica la vida un poquito más.
¿Y por qué motivo?.
El desenlace es el mismo. Intento solucionar el problema hablando con ellos y la respuesta es recibir una copia del primer email, como si no hubiera dicho nada; mi justificación ni siquiera tiene cabida ni su decisión va a ser justificada. Es así y punto.
En definitiva, si no acepto las «políticas de uso aceptable» de este mundo, poco a poco puedo prestar cada vez menos servicios a los clientes y nos iremos muriendo poco a poco para dejar nuestro espacio a Amazon.
Como podréis ver, los guantes tácticos siguen estando pero el botón de PayPal ya no.
No le haré eso a un sector tan importante de los clientes de esta tienda. No paso por el aro aunque eso me hunda.
La corrección política se nos ha ido de las manos hace tiempo y nos está llevando a un mundo que no es real, y eso a largo plazo traerá consecuencias.
Personalmente creo que esto es un problema de difícil solución por culpa del tratamiento que se le está dando.
Creo que es un error dar por hecho que el exceso de corrección política está adscrito a una determinada idea política. Esto es algo que viene de muy lejos y porque algunas de estas correcciones sean más antiguas y arraigadas no dejan de ser corrección política.
Esto es un problema global muy antiguo que no está adscrito a ideas políticas si no sociales. Las tres empresas de las que hablo aquí son prueba de ello.
La polarización política de nuestra época es un campo abonado para que unos le echen la culpa a los otros y así nunca se va a arreglar el problema. La culpa es exclusivamente nuestra por seguirles el juego y por nuestra falta de empatía con todo lo que es diferente a nuestros hábitos..
El mundo seguirá encaminándose a pensar que los malos sólo existen en las series de Netflix, que la carne que comemos cada vez en mayor cantidad no sale de los animales y que comprar todo en China y en Amazon no destruirá nuestro modo de vida y nuestros puestos de trabajo. El entorno urbano se beneficia cada vez más del rural, mientras el rural se beneficia cada vez menos del urbano, mientras le echamos la culpa de todo al primer político que apunten en cualquier red social.
Y el barco se sigue hundiendo con nosotros dentro mientras discutimos quién sabe nadar mejor.