Si existe el Paraíso motero en la Tierra, sin duda su nombre es Suiza.
Como ya mencionábamos en el artículo Consejos para Viajar en Moto, puede que la calidad de la conducción de los suizos no sea precisamente la mejor pero la de sus carreteras, sin duda lo es y no me refiero a la calidad del asfalto, que es en general excelente, si no al conjunto de sus trazados y el paisaje por el que transcurren.
La sensación que te deja Suiza después de haber recorrido unos cuantos kilómetros de sus carreteras, es que es un país hecho para ser recorrido en moto. Y siempre sabe a poco. Cuanto más la conoces más ganas tienes de volver y a pesar de su pequeño tamaño, parece mucho más grande de lo que en realidad es y siempre te sorprende.
Además de contener decenas y decenas de portentosos pasos de montaña alpinos, entre los que se encuentran algunas de las carreteras más famosas del mundo, lo que de verdad le da una magia especial, son las carreteras secundarias del resto del país.
Si nos alejamos de las ciudades, cuando dejamos atrás el tráfico y las carreteras principales, es cuando encontramos la esencia de la Suiza que eleva tu sensación de bienestar motero hasta límites insospechados sin levantar la voz, sin grandes aspavientos hasta la cumbre de la conducción relajada, solitaria, de la que disfrutas de tu moto hasta el último tornillo, de la que no quieres llegar nunca a ningún sitio ni que pase el tiempo; sólo estar allí. Es el sitio perfecto para perderse y no encontrarse jamás.
Te levantas por la mañana temprano, recoges todas tus cosas para colocarlas encima de la moto y te tomas un buen café al aire libre. El frescor de la mañana te incita a subirte a la moto para que te dé en la cara y empiezas a hacer kilómteros. Doblas una suave colina con unas curvas insoportablemente perfectas y te das de bruces contra un paisaje sublime que no parece real, surcado por una dulce carretera serpenteante que tienes tantas ganas de recorrer como de parar y quedarte mirando embobado.
En los pasos de montaña te reciben unos carteles que dicen: Hello Biker y te aconsejan conducir con precaución. Nunca pasa mucho tiempo sin que veas algo hecho por moteros o para moteros, como pensiones, restaurantes o esculturas.
En Suiza los moteros somos bienvenidos.
En el sur, donde están los principales pasos de montaña alpinos, el turismo es casi exclusivamente motero. La gente se recorre cientos y miles de kilómetros sólo para ir hasta allí y recorrer esas carreteras como si de un lugar de peregrinación se tratara y en cierto modo lo es. Sin embargo es una zona para otro tipo de conducción. En Suiza la paz está en el interior.
He tenido la fortuna de haber ido siete veces y de haberla cruzado en todas direcciones pero sigo queriendo mucho más porque sé que me queda muchísimo por ver. Las primeras veces buscaba los grandes pasos, la épica de las soberbias carreteras más duras de los Alpes, el Santo Grial de los moteros. Ahora busco el interior, las carreteras que no van a ningún sitio conocido, que es donde está la portentosa mesura de la perfección motera más pura. De carreteras suaves, solitarias, entre lagos, túneles, ríos, puentes (algunos de ellos cubiertos por estructuras de madera), montañas que parecen pintadas en un lienzo y hasta señales de tráfico adornadas con geranios.
Cuando pueda ir a algún sitio que aún no conozco iré pero mientras tanto, me queda el consuelo de tener el Paraíso a un día y medio de distancia.
estuvimos este verano, has acertao de pleno, una ruta fantastica, y cerquita de casa!!!
Gracias por el comentario Koper. Es verdad, Suiza es única para andar en moto.