El día en que se pueda controlar y modificar con total dominio la configuración atómica de una cosa, podrás convertir tu tostadora en una lanzadera espacial, pulsando en «Aceptar» en una aplicación del móvil.
Y no sólo eso; podrás crear a Neal Armstrong para que pilote la nave hasta la tercera luna de Júpiter… y no sólo eso; si vas con un poco de prisa, te podrás teletransportar hasta allí. No es ciencia ficción; ya se ha conseguido teletransportar materia. Es cuestión de tiempo que se aprenda a hacer todo eso con una persona o cosa. La puerta ya se ha abierto.
Deja que te cuente antes de que salgas corriendo, que la física cuántica es la física a nivel atómico y subatómico, y su comportamiento es completamente diferente al de la física clásica; la que estudiamos en el cole. Tanto, que, en su mayor parte, su comportamiento es incomprensible para los conocimientos que tenemos.
Con dos ejemplos tan típicos como fantasmagóricos creo que podría despertar tu interés en el tema:
Durante décadas se ha debatido si los fotones (partículas de luz) eran efectivamente partículas, o eran ondas. Bueno pues hoy se sabe que los fotones son ondas… hasta que los miras, entonces se convierten en partículas. Si, hasta que los miras; no es broma. Un fotón que se está comportando como una onda, en el momento en que lo miras, de repente pasa a comportarse como una partícula. Como un chaval al que pillan fumando. A eso se le llama dualidad y el por qué no lo entiende ni el pichi.
Otro muy significativo y que tiene más que ver con lo que hoy nos ocupa es el entrelazamiento. Esto nos muestra que dos partículas que estén entrelazadas, aún estando a galaxias de distancia la una de la otra, interactúan entre si de forma instantánea. Es decir, no hay velocidad en esa transmisión; es inmediata independientemente de la distancia que haya entre ellas.
Hay muchas cosas más de este estilo. Su función es la de hacer magia y tomarnos el pelo.
De cualquier forma debemos hacernos a la idea de que temas relacionados con la física cuántica centrarán el debate geopolítico de los próximos cincuenta o cien años. La energía nuclear será uno de ellos, aunque de una forma diferente a como la conocemos ahora. Todo lo relacionado con la tecnología mirará también en esa dirección.
La energía nuclear, tal y como la conocemos hoy en día, es el método más burdo y primitivo de las posibilidades de la física cuántica, como lo fueron en su día los motores de vapor.
Hace poco se ha descubierto el bosón de Higgs. Quizá te suene. Aunque aún pasará tiempo hasta que aprendamos qué hacer con él, estos descubrimientos hacen que este sea un momento mucho más importante para la humanidad que cuando el tío que acabaría inventando la rueda, pensó: hoy me pongo con eso.
Al bosón de Higgs también le llaman la partícula divina.
Su descubrimiento, explicado a lo bruto, demuestra que en el aire, además de oxígeno, dióxido de carbono y moscas, también hay una masa invisible. El vacío no está vacío, está completamente lleno de algo omnipresente que afecta a todo lo que rodea.
Las posibilidades de la física cuántica son tan reales como abrumadoras. El día en que se domine tendremos un poder absoluto sobre todo lo que nos rodea. Desde una energía eterna e inocua con el medio ambiente, hasta armas capaces de desintegrar un planeta entero en un parpadeo. Y también la inmortalidad.
La antimateria ya se está utilizando en medicina.
Soy un ignorante en física cuántica (y en física en general) pero estoy completamente fascinado por ella. No sólo porque es magia en estado puro y es un avance crucial para la humanidad, si no por las cuestiones que te hace plantearte, tanto prácticas como filosóficas.
De todas ellas, una que me parece inevitable es la relación que tendrá en un futuro con la religión, con la que creo que pasará por dos fases.
Al hablar de religión, me voy a referir a la cristiana porque es la que conozco.
Si a lo largo de la historia, los avances científicos han ido alejando la religión de la verdad científica, parece que será cuestión de tiempo, y poco, que la física cuántica volverá a juntar ciencia y religión, tomando las escrituras como una metáfora de una realidad científicamente demostrable.
Quizá la ciencia acabe aportando la lectura correcta de las escrituras. La física cuántica como piedra rosetta de la Biblia.
Yo no soy religioso, y por más respeto que les tenga a las religiones nunca he creído en ellas, aunque quizá soy agnóstico. Aún teniendo en cuenta que se dice que los testamentos son recopilaciones de otras tradiciones mucho más antiguas, sea o no verdad, los paralelismos son más que notables.
No podría repasar aquí la biblia punto por punto, sobretodo más allá de las cuestiones que no tienen que ver con la física (los milagros) pero a los hechos más significativos, mientras no se tenga un dominio sobre la física cuántica, se les podría más que sospechar de tener explicación científica.
Todo esto no es para decir que hay un ser superior que controla a su antojo la física de partículas si no que, como metáfora, la física de partículas, la configuración atómica, la materia oscura, el campo de Higgs… son en sí mismas un dios creador del cielo y de la tierra, capaz de hacer lo que le venga en gana, todopoderoso y omnipresente.
Dominando la configuración atómica, una persona puede convertir panes en peces, caminar sobre el agua y curar enfermedades. El contacto entre materia y antimateria hace que ambas desaparezcan y se conviertan en fotones, que metafóricamente aplicado a esto significa que dios también es luz. De la misma forma, el dominio de cualquiera de estas reacciones de partículas-ondas, teletransporte o entrelazamiento, pueden ser una explicación científica de la vida después de la muerte como metáfora. De hecho, con el dominio de la configuración atómica, podrías resucitar, hacer desaparecer una herida, o directamente no morir jamás, o irte a otro planeta de otra galaxia de forma instantanea; es decir, al cielo.
Si hace dos mil años alguien quisiera escribir un libro que explicara la física cuántica de forma metafórica, ¿qué personaje crearía para desarrollarla?. ¿Sería en ese caso la Biblia la primera novela de la historia sobre física cuántica?.
Este sería el primer caso. Religión y ciencia serían lo mismo. Pero si llegamos a dominar de esa manera las configuraciones atómicas, ¿qué sentido tendría la religión?. ¿Qué necesidad tendríamos de creencias religiosas?.
Viviríamos eternamente y no perderíamos a nuestros seres queridos. Ya no hay un más allá. En ese caso, ¿para qué creer en algo?.
Todos seríamos físicamente como quisiéramos; podríamos ser eternamente jovenes. Imaginaos el caso. Tendríamos el aspecto de, por ejemplo, treintañeros. Pero nuestros padres también, nuestros hijos, y hasta la tía Herminia tendría el aspecto de una treintañera.
Estamos acostumbrados a vivir con nuestros seres queridos cuarenta, cincuenta, ochenta años, ¿pero podríamos vivir siglos y siglos con ellos, sabiendo además que siempre van a estar ahí y nunca los vamos a perder?. ¿Cuantos hijos llegaríamos a tener?.
Si no hay problemas de espacio ni de recursos, ¿habría guerras?. ¿Para que?, si total cualquier destrucción podría deshacerse con un click.
Es cierto, siempre habrá gente mala y podrías tener un vecino estúpido pero pongámonos en el caso: el vecino no te soporta y te pincha la rueda del coche. Abres en el móvil la app «Deshacer el Mal» y apuntas a la rueda. Detectado: rueda pinchada. ¿Desea deshacer «rueda pinchada»?. Pulsas «Aceptar» y ya está todo como antes. Cualquier perjucio sería una pérdida de tiempo porque nadie saldría perjudicado. ¿Qué conflictos habría en ese mundo?.
El dinero tampoco tendría sentido ya que hay espacio y recursos infinitos, por lo que carecerían completamente de valor. Cuando tengas hambre ejecutas la app «Churrascos y Mariscos». Y el trabajo tampoco. Apenas sería necesario que trabajase y estudiase una pequeñísima parte de la población. Probablemente nada más que científicos, biólogos (para saber la configuración atómica del percebe), técnicos de sistemas y algún tipo de gobierno o administración. ¡Sin corrupción ni despilfarro!. Y poco más.
Además, nuestra mente adquiriría la experiencia de milenios. ¿Está preparada para eso?.
Contado así, parece todo de una peli de ciencia ficción pero es una realidad que estamos empezando a descubrir científicamente. Nosotros seguramente no lo veamos pero, paso a paso, es un proceso que ya está en marcha.