Interlaken, perteneciente al Cantón de Berna y situado en pleno corazón de Suiza, probablemente sea el mayor portento paisajístico que personalmente haya visitado jamás, refiriéndome no sólo al pueblo si no a toda la región que lo rodea. Se encuentra entre los lagos Thun y Brienz, comunicados entre sí por el rio Aar y está rodeado por las imponentes cumbres del Eiger, el Mönch y el Jungfrau; curiosos nombres que traducidos significan respectivamente: el Ogro, el Monje y la Doncella.
El conjunto de montañas, valles y glaciares que lo rodean bajo la denominación de Alpes Suizos de Jungfrau-Aletsch, está declarado Patrimonio de la Humaidad por la UNESCO.
Las posibilidades que ofrece esta región a un viajero son enormes pero para los que vamos por carretera cabe destacar:
– Al noroeste, el pueblo de Thun y la espectacular carretera que bordea el lado norte del lago del mismo nombre, para llegar a Interlaken.
– Hacia el sur, los saltos de agua de Lauterbrunnen y el pueblo de Grindelwald, otra maravilla a los pies del Eiger.
– Hacia el noreste, en dirección a Lucerna, la carretera de los lagos de Lungern y Sarnen.
– Hacia el este y sureste nos metemos directamente en la zona donde se concentran los principales pasos de montaña alpinos; el paraíso de los moteros o de cualquiera que quiera disfrutar de las carreteras más espectaculares del mundo.